Salvador Caro
Salvador Caro nació en Guadalajara el 21 de noviembre de 1970 en un hospital ubicado en el Barrio de la Capilla de Jesús, zona que ha sido cuna de destacados servidores públicos, gusta comentar que nació a 10 cuadras de Palacio Municipal.
Sus padres son Salvador Caro Curiel, originario de Guachinango, Jalisco, y su madre Hilda Cabrera Sandoval, originaria del Estado de Nayarit.; siendo muy jóvenes sus padres emigraron como muchos jaliscienses a los Estados Unidos, su papá se desempeñaba como empleado en la construcción de carreteras, mientras que su mamá compartía su tiempo desempeñándose en las labores propias del hogar y temporalmente trabajo en una empresa enlatadora.
Salvador tiene tres hermanos Sergio, Gloria y Silvia. Esta casado con Gabriela Ramírez Olivares, ella es licenciada en educación preescolar egresada de la Normal de Educadoras del Estado, y tienen tres hijos de su matrimonio: Emilio, Santiago y Ernesto.
Entre los recuerdos de su niñez destacan la casa de su abuela materna, con quien vivió parte de su infancia, una casa de pueblo típica donde se podía respirar el olor característico a tierra mojada. Allá a los 5 había aprendido a leer y a los 9 había leído la modesta biblioteca del pueblo, de ella le gustaban los libros de experimentos, pero más la Enciclopedia Salvat de la Historia de México.
También recuerda el pequeño departamento en el que vivió junto con sus padres, allá en el estado norteamericano de California; aún estando en otro país, en ese departamento se conservaba el calor de lo mexicano… recuerda que en su habitación había una pared con el tradicional Cristo algunas figuras artesanales para el recreo infantil.
Los papás de Salvador inculcaron tanto en él como sus demás hijos el deseo de la superación personal, así como el valor del trabajo y la responsabilidad en todas las acciones de la vida. Salvador desde temprana edad puso esas enseñanzas en práctica: su abuela lo “contrataba” para que le llevara cosas, en el huerto juntaba limones y los vendía en el mercado, tenía en ese entonces una colección de revistas que rentaba en la plaza del pueblo. Sin embargo esto no le impedía disfrutar de las diversiones propias de la niñez, ya que le encantaba jugar canicas, ir al cine y a las fiestas.
Durante su niñez y en su juventud, Salvador encontró también en la instrucción escolar, el instrumento para poder cristalizar sus aspiraciones y deseos de superación personal. A los 11 años su familia se estableció en Guadalajara y lo matricularon para el Sexto año en la Escuela Urbana N° 183 “María Luisa Váldez de Noroña”. Siempre fue un alumno destacado, especialmente en el área de las ciencias sociales, aunque como muchos a esa edad quería ser futbolista.
Su educación Media Básica la cursó en la Escuela Secundaria Técnica N° 4, por su estatura (1.95 metros) los profesores de educación física lo obligaban a entrenar básquetbol. La preparatoria la hizo en la N° 7 de la Universidad de Guadalajara, fue en ese tiempo en que se aficionó a la literatura y a la música era la época en que empezaba el auge de artistas como Sting y la banda irlandesa U2, sus favoritos en la época.
Al concluir sus estudios de preparatoria viajó junto con un amigo a Estados Unidos, luego de no salir en listas en la entonces Facultad de Derecho, pues era una época donde el ingreso se daba principalmente a recomendados. Allá trabajó en restaurantes y hoteles. De regreso, su deseo de superación y también su interés por servir, lo llevaron a insistir logrando el ingreso a estudiar la licenciatura en derecho y a comenzar sus primeras tareas dentro del Partido Revolucionario Institucional.
Salvador concluyó sus estudios con un promedio de 92 y al presentar su examen de tesis obtiene la mención de excelencia, esto le valió una beca para estudiar la maestría en políticas públicas en el prestigiado Instituto Tecnológico Autónomo de México, donde tuvo como profesores a destacados economistas, politólogos y servidores públicos, así mismo en los auditorios de esa institución le tocó escuchar a varios galardonados con el Premio Nobel.
En esa época al trasladarse al Ciudad de México junto con dos compañeros, la beca de manutención era modesta, 1450 pesos al mes, y pagaban 3 mil de renta...Salvador recuerda que era la voluntad lo que los movía, pues duraban hasta una semana comiendo lo mismo, atún o agujas de cerdo que era lo más barato que conseguían. Así se les ocurrió acudir a pedir apoyo de destacados políticos jaliscienses de lo que parecía una nueva generación, pero lo que encontraron fue horas en las antesalas, soberbia y desprecio, parecía que esos políticos no querían que nadie se superara para seguir ellos con los puestos.
Un profesor marcó su vida, un iraní llamado Yagoub Shaffaii, con quien acudió a discutir su tema de tesis le hizo un comentario”el problema de México y del lugar de donde vienes no es un problema de justicia o pobreza, es un problema de liderazgo”, de los que siguió una larga y acertada disertación.
En 1997 regresa a Guadalajara invitado por quien había sido su profesor de derecho constitucional a trabajar en el PRI: Precisamente allí, entre los afanes e ímpetus propios de las primeras labores partidistas, fue que Salvador conoció meses después a la que posteriormente sería su esposa, Gaby prestaba entonces su servicio social con una candidata del partido.
Salvador define a su familia como compacta pero completa, así como el eje fundamental de su vida. Juntos les gusta salir al parque, de compras, visitar a sus familiares los fines de semana e ir de vacaciones a la playa. Salvador cree que los servicios públicos mejorarán si los políticos y sus familias los usan y los apoyan por eso su hijo Emilio nació en la Clínica N° 3 del IMSS.
Salvador es una persona con gustos sencillos, pero que a la vez reflejan su perenne inquietud por la superación. Le gusta ir al cine y practicar deportes, juega cada vez que puede en un equipo de veteranos del Atlas que dirigen sus amigos Antonio Serrano y José Luis Mora; su programa favorito de TV es “Interpool investiga” que trata de éxitos en el combate internacional de los criminales; sus películas favoritas son “El Padrino” y “Despertares”; sus libros predilectos son La Biblia, y textos religiosos de otras tradiciones.
Algo fundamental en su formación fue ser profesor universitario desde los 21 años impartía clases como profesor de asignatura en la Universidad de Guadalajara, primero en la Preparatoria N°5 y posteriormente, desde 1997, en el Departamento de Estudios Políticos. Con ingresos simbólicos disfruta el intercambio con las nuevas generaciones y el estudiar para mantenerse actualizado, “impartir clase es una forma de servir a tu comunidad”dice.
En el servicio público fue muy importante para su formación el haber sido coordinador de los asesores de los diputados del PRI. Posteriormente en el 2000, a los 29 años, fue electo candidato a diputado, nadie creía que lo lograría, posteriormente fue electo al Congreso del Estado, teniendo una de las campañas más austeras, de hecho de todos los diputados electos el fue el que menos recursos gasto, como se dice hizo una campaña franciscana sólo contó con menos del 15% del tope de gasto, por eso cree que la democracia debe ser más barata y más austera para que más ciudadanos participen.
Antes había conformado varias corrientes para sustituir a los políticos de siempre que sólo se servían de sus cargos, por ello decidió en el 2001 competir para ser el Presidente del PRI en Guadalajara, cargo que ganó de manera contundente y que tuvo por consecuencia que muchos jóvenes, mujeres y ciudadanos limpios participaran en política y posteriormente fueran postulados como candidatos.
Como diputado de la LVI destaca su tarea para reasignar recursos a programas de seguridad, empleo, educación y salud, su papel a favor de los afectados por el 22 de Abril y la defensa de los ahorradores defraudados por cajas populares, así como una propuesta de reformas para apoyo de las madres solas en situación de pobreza. Igualmente propuso una reforma para regular precampañas, y reducir los tiempos de las campañas políticas y de los topes de gasto político.
En el Congreso demostró una política de puertas abiertas y su oficina funcionaba como un centro de gestión comunitaria donde se procuraba darle seguimiento a las peticiones de los ciudadanos independientemente del partido al que pertenecieran. Algo sistemático en su tarea legislativa fue la denuncia de la ineficiencia y la corrupción de los gobiernos indistintamente del partido que provinieran. La firmeza de sus pronunciamientos, sus conocimientos y su capacidad de trabajo, fueron cualidades reconocidas aun por compañeros diputados de otros partidos.
En el Ayuntamiento de Guadalajara ha mostrado un fuerte compromiso con la Seguridad Pública, los Derechos Humanos, la Cultura y un combate frontal a la corrupción. En cuanto a la Seguridad Pública se ha esforzado incesantemente por hacer de Guadalajara la ciudad más Segura del país, se ha involucrado en las luchas más importantes de los últimos años en pro de los Derechos Humanos, ha liderado e impulsado proyectos que acerquen a los tapatíos a la cultura y ha denunciado sin temor alguno las redes de corrupción existentes en el Ayuntamiento.
Sus padres son Salvador Caro Curiel, originario de Guachinango, Jalisco, y su madre Hilda Cabrera Sandoval, originaria del Estado de Nayarit.; siendo muy jóvenes sus padres emigraron como muchos jaliscienses a los Estados Unidos, su papá se desempeñaba como empleado en la construcción de carreteras, mientras que su mamá compartía su tiempo desempeñándose en las labores propias del hogar y temporalmente trabajo en una empresa enlatadora.
Salvador tiene tres hermanos Sergio, Gloria y Silvia. Esta casado con Gabriela Ramírez Olivares, ella es licenciada en educación preescolar egresada de la Normal de Educadoras del Estado, y tienen tres hijos de su matrimonio: Emilio, Santiago y Ernesto.
Entre los recuerdos de su niñez destacan la casa de su abuela materna, con quien vivió parte de su infancia, una casa de pueblo típica donde se podía respirar el olor característico a tierra mojada. Allá a los 5 había aprendido a leer y a los 9 había leído la modesta biblioteca del pueblo, de ella le gustaban los libros de experimentos, pero más la Enciclopedia Salvat de la Historia de México.
También recuerda el pequeño departamento en el que vivió junto con sus padres, allá en el estado norteamericano de California; aún estando en otro país, en ese departamento se conservaba el calor de lo mexicano… recuerda que en su habitación había una pared con el tradicional Cristo algunas figuras artesanales para el recreo infantil.
Los papás de Salvador inculcaron tanto en él como sus demás hijos el deseo de la superación personal, así como el valor del trabajo y la responsabilidad en todas las acciones de la vida. Salvador desde temprana edad puso esas enseñanzas en práctica: su abuela lo “contrataba” para que le llevara cosas, en el huerto juntaba limones y los vendía en el mercado, tenía en ese entonces una colección de revistas que rentaba en la plaza del pueblo. Sin embargo esto no le impedía disfrutar de las diversiones propias de la niñez, ya que le encantaba jugar canicas, ir al cine y a las fiestas.
Durante su niñez y en su juventud, Salvador encontró también en la instrucción escolar, el instrumento para poder cristalizar sus aspiraciones y deseos de superación personal. A los 11 años su familia se estableció en Guadalajara y lo matricularon para el Sexto año en la Escuela Urbana N° 183 “María Luisa Váldez de Noroña”. Siempre fue un alumno destacado, especialmente en el área de las ciencias sociales, aunque como muchos a esa edad quería ser futbolista.
Su educación Media Básica la cursó en la Escuela Secundaria Técnica N° 4, por su estatura (1.95 metros) los profesores de educación física lo obligaban a entrenar básquetbol. La preparatoria la hizo en la N° 7 de la Universidad de Guadalajara, fue en ese tiempo en que se aficionó a la literatura y a la música era la época en que empezaba el auge de artistas como Sting y la banda irlandesa U2, sus favoritos en la época.
Al concluir sus estudios de preparatoria viajó junto con un amigo a Estados Unidos, luego de no salir en listas en la entonces Facultad de Derecho, pues era una época donde el ingreso se daba principalmente a recomendados. Allá trabajó en restaurantes y hoteles. De regreso, su deseo de superación y también su interés por servir, lo llevaron a insistir logrando el ingreso a estudiar la licenciatura en derecho y a comenzar sus primeras tareas dentro del Partido Revolucionario Institucional.
Salvador concluyó sus estudios con un promedio de 92 y al presentar su examen de tesis obtiene la mención de excelencia, esto le valió una beca para estudiar la maestría en políticas públicas en el prestigiado Instituto Tecnológico Autónomo de México, donde tuvo como profesores a destacados economistas, politólogos y servidores públicos, así mismo en los auditorios de esa institución le tocó escuchar a varios galardonados con el Premio Nobel.
En esa época al trasladarse al Ciudad de México junto con dos compañeros, la beca de manutención era modesta, 1450 pesos al mes, y pagaban 3 mil de renta...Salvador recuerda que era la voluntad lo que los movía, pues duraban hasta una semana comiendo lo mismo, atún o agujas de cerdo que era lo más barato que conseguían. Así se les ocurrió acudir a pedir apoyo de destacados políticos jaliscienses de lo que parecía una nueva generación, pero lo que encontraron fue horas en las antesalas, soberbia y desprecio, parecía que esos políticos no querían que nadie se superara para seguir ellos con los puestos.
Un profesor marcó su vida, un iraní llamado Yagoub Shaffaii, con quien acudió a discutir su tema de tesis le hizo un comentario”el problema de México y del lugar de donde vienes no es un problema de justicia o pobreza, es un problema de liderazgo”, de los que siguió una larga y acertada disertación.
En 1997 regresa a Guadalajara invitado por quien había sido su profesor de derecho constitucional a trabajar en el PRI: Precisamente allí, entre los afanes e ímpetus propios de las primeras labores partidistas, fue que Salvador conoció meses después a la que posteriormente sería su esposa, Gaby prestaba entonces su servicio social con una candidata del partido.
Salvador define a su familia como compacta pero completa, así como el eje fundamental de su vida. Juntos les gusta salir al parque, de compras, visitar a sus familiares los fines de semana e ir de vacaciones a la playa. Salvador cree que los servicios públicos mejorarán si los políticos y sus familias los usan y los apoyan por eso su hijo Emilio nació en la Clínica N° 3 del IMSS.
Salvador es una persona con gustos sencillos, pero que a la vez reflejan su perenne inquietud por la superación. Le gusta ir al cine y practicar deportes, juega cada vez que puede en un equipo de veteranos del Atlas que dirigen sus amigos Antonio Serrano y José Luis Mora; su programa favorito de TV es “Interpool investiga” que trata de éxitos en el combate internacional de los criminales; sus películas favoritas son “El Padrino” y “Despertares”; sus libros predilectos son La Biblia, y textos religiosos de otras tradiciones.
Algo fundamental en su formación fue ser profesor universitario desde los 21 años impartía clases como profesor de asignatura en la Universidad de Guadalajara, primero en la Preparatoria N°5 y posteriormente, desde 1997, en el Departamento de Estudios Políticos. Con ingresos simbólicos disfruta el intercambio con las nuevas generaciones y el estudiar para mantenerse actualizado, “impartir clase es una forma de servir a tu comunidad”dice.
En el servicio público fue muy importante para su formación el haber sido coordinador de los asesores de los diputados del PRI. Posteriormente en el 2000, a los 29 años, fue electo candidato a diputado, nadie creía que lo lograría, posteriormente fue electo al Congreso del Estado, teniendo una de las campañas más austeras, de hecho de todos los diputados electos el fue el que menos recursos gasto, como se dice hizo una campaña franciscana sólo contó con menos del 15% del tope de gasto, por eso cree que la democracia debe ser más barata y más austera para que más ciudadanos participen.
Antes había conformado varias corrientes para sustituir a los políticos de siempre que sólo se servían de sus cargos, por ello decidió en el 2001 competir para ser el Presidente del PRI en Guadalajara, cargo que ganó de manera contundente y que tuvo por consecuencia que muchos jóvenes, mujeres y ciudadanos limpios participaran en política y posteriormente fueran postulados como candidatos.
Como diputado de la LVI destaca su tarea para reasignar recursos a programas de seguridad, empleo, educación y salud, su papel a favor de los afectados por el 22 de Abril y la defensa de los ahorradores defraudados por cajas populares, así como una propuesta de reformas para apoyo de las madres solas en situación de pobreza. Igualmente propuso una reforma para regular precampañas, y reducir los tiempos de las campañas políticas y de los topes de gasto político.
En el Congreso demostró una política de puertas abiertas y su oficina funcionaba como un centro de gestión comunitaria donde se procuraba darle seguimiento a las peticiones de los ciudadanos independientemente del partido al que pertenecieran. Algo sistemático en su tarea legislativa fue la denuncia de la ineficiencia y la corrupción de los gobiernos indistintamente del partido que provinieran. La firmeza de sus pronunciamientos, sus conocimientos y su capacidad de trabajo, fueron cualidades reconocidas aun por compañeros diputados de otros partidos.
En el Ayuntamiento de Guadalajara ha mostrado un fuerte compromiso con la Seguridad Pública, los Derechos Humanos, la Cultura y un combate frontal a la corrupción. En cuanto a la Seguridad Pública se ha esforzado incesantemente por hacer de Guadalajara la ciudad más Segura del país, se ha involucrado en las luchas más importantes de los últimos años en pro de los Derechos Humanos, ha liderado e impulsado proyectos que acerquen a los tapatíos a la cultura y ha denunciado sin temor alguno las redes de corrupción existentes en el Ayuntamiento.
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